El taller espectáculo acústico tiene una duración por sesión de 2 horas se puede adaptar tanto el horario, como la cantidad de instrumentos al volumen de público.
Una de las ventajas de este taller espectáculo es que tienen cabida todas las edades, hay instrumentos para bebés a partir de 12 meses y también baterías para niños de entre 2 y 8 años, también hay una batería de adulto para que se animen a tocar los adolescentes e incluso algún adulto.
El espectáculo da comienzo con una pequeña presentación y explicación del taller, seguidamente se hacen un par de demostraciones en clave de humor con dos instrumentos, el primero es un sintetizador de percusión con una cantidad importante de sonidos increíbles el cual dejó probar brevemente al público, la segunda demostración es con un gong de grandes dimensiones y unas mazas especiales muy poco vistas en el mundo de la percusión, con un sonido muy distinto al que todo el mundo espera de un gong, sorprende mucho a los niños pero a quién más sorprende es a los adultos.
Después de haber dejado alucinado al público, se explica la manera de acceder a las baterías y se reparten todos los instrumentos de percusión, se organizan filas de diferentes edades para las baterías y también se habilita otra para el gong que es para todos los públicos. Todos los instrumentos que se dejan son para que el público experimente y se entretenga antes o después de haber tocado las baterías.
No se realizan ritmos con los niños (no hay ningún inconveniente en hacerlos si se solicita). Cuando comenzamos en 2012 comprobamos que están muy ansiosos por tocar las baterías, y aunque se divertían haciendo ritmos la espera se les hacía larga y luego quedaba menos tiempo para tocar las baterías.
Para hacer ritmos que suenen bien tendríamos que prescindir todos los niños menores de 6 años, preferimos que toquen todos y se diviertan aunque no suene tan bonito. En muchas ocasiones comprobamos que los niños más mayores se organizan, hacen grupos y tocan ritmos, a la vez es un placer ver padres con niños más pequeños experimentando con instrumentos curiosos.
Como me dijo un abuelo que trajo a su nieto, cito textualmente:
¡¡¡ Sonar no suena bonito, pero rediós cómo se lo están pasando!!!!!